La conocida frase que da nombre este blog no tiene autor conocido. Se difundió entre los investigadores norteamericanos en los años 80 y refleja bien la necesidad creciente de publicar en revistas de alto factor de impacto. Publicar y publicar mucho se ha convertido en una necesidad para los jóvenes (y no tan jóvenes) investigadores en Ciencias de la Salud a la hora de solicitar una plaza en un hospital o una universidad. Ha llegado a ser tan apremiante que, hoy en día, no se juzga a un profesional de la salud por sus habilidades clínicas, empatía, liderazgo ni ninguna otra característica profesional: se le juzga por su factor de impacto.
Cuando un investigador ha conseguido redactar
vuestro su manuscrito casi siempre piensa que ahora empieza lo más difícil: publicarlo.
En realidad no lo será tanto si seguís los consejos de este blog.
Porque de eso va esta publicación. Os daremos consejos sobre las normas y reglas que rigen la publicación en revistas biomédicas y os advertiremos sobre los errores que debéis evitar.Lo haremos pensando en un amplio espectro de lectores: estudiantes que deban redactar tesinas de grado u
otro tipo de informes similares y para profesionales de la salud (médicos, odontólogos,
enfermeras, fisioterapeutas, farmacéuticos, nutricionistas... y un largo
etcétera que incluye más de 20 profesiones afines) que necesiten publicar sus
investigaciones.
Pero os preguntaréis quiénes somos. Os adjuntamos un breve curriculum:
GENÍS CARRASCO (Barcelona, 1955) es Doctor en Medicina y Cirugía, Premio Extraordinario de Doctorado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y Magíster en Metodología de la Calidad Asistencial por la Fundación Avedis Donabedian-UAB. Especialista en Medicina Intensiva con una experiencia clínica de más de 30 años. Colabora con varias universidades internacionales. Ha publicado más de treinta ensayos clínicos en revistas nacionales e internacionales con alto factor de impacto. Ha obtenido diversos premios a la investigación entre los que destaca el Premio de la European Society of Intensive Care Medicine y el Premio Golden Helix al mejor proyecto de Mejora de la Calidad.
Desde hace dieciséis
años es Editor de Cierre de la Revista de
Calidad Asistencial y experto en metodología cuantitativa de dicha
publicación.
En la actualidad,
combina su labor clínica en el Servicio de Medicina Intensiva de SCIAS Hospital
de Barcelona con la investigadora como responsable del programa de Docencia,
Formación continuada e Investigación de dicho centro.
Entre sus
monografías científicas destaca el «Manual
de Gestión del Conocimiento, Medicina Basada en la Evidencia e internet»
publicado por Editorial Aiale en 2006.
En los últimos 15
años ha impartido más de 30 cursos de Redacción Científica en diversos foros
nacionales e internacionales.
ÀNGELA PALLARÉS
(Barcelona, 1953) es Doctora en Antropología Cultural y Magíster en Antropología
de la Medicina por la Universidad Rovira Virgili. Colabora con varias
universidades internacionales. Ha publicado más de veinte investigaciones en
revistas nacionales e internacionales con alto factor de impacto.
Desde hace diez años
es Revisora de la Revista de Calidad
Asistencial y experta en metodología cualitativa de dicha publicación.
En la actualidad,
combina su labor docente en la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna con
la de investigadora de campo y directora del programa internacional del Grupo
de Investigación en Estilos de Vida y Salud.
Entre sus monografías
científicas destaca el libro «Protocolización Clínica en la era de las
tecnologías de la información y la comunicación» publicado por Editorial Aiale en 2008.
Ha impartido más de 15
cursos de Redacción Científica en diversos foros nacionales e internacionales.
La mayoría
de blogs, páginas web, cursos, monografías y manuales dedicados a la Redacción Científica no están
escritos por investigadores en activo. Como mucho, los autores suelen ser respetados
profesores con un pasado en el trabajo de campo pero que ahora realizan
«investigación de salón». Epidemiólogos acreditados, Estadísticos avispados e
incluso Filólogos prestigiosos —pero sin responsabilidad
directa en el trabajo de campo— acostumbran a
protagonizar este tipo de enseñanza. Como consecuencia, los libros sobre técnicas
de Redacción Científica acostumbran a ser muy diferentes unos de otros pero con
una característica común: están repletos de un docto aburrimiento.
¿Que
pasaría si los que enseñasen a escribir artículos científicos fuesen también
investigadores de campo en activo?
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